
– Cepillo de púas de acero (opcional). Para el caso de que haya que quitar pintura u óxido.– Cinta de carrocero (opcional). Por si hay que tapar alguna parte.
# Paso 1: Repasa las zonas metálicas que lo necesiten con el cepillo de púas de acero. Es la parte más engorrosa, pero haciéndolo garantizas que el resultado quede profesional:
# Paso 2: Aplica la imprimación en las partes metálicas, para que la pintura se agarre y deja secar:
# Paso 3: Una vez seca la imprimación, protege con cinta de carrocero las partes que no quieras pintar.
# Paso 4: Pinta dando pasadas largas de un extremo a otro, para que no se noten los brochazos:
# Paso 5: Quita la cinta de carrocero antes de que se seque del todo la pintura, para que no salte cuando la arranques.
# Paso 6 (y último): Pinta en diferente color, cada uno de los cuartos del asiento de paja:
También he visto inconvenientes, como que es muy ligera, tanto que necesité tres manos para cubrir la imprimación (aunque en contrapartida, que sea tan rala es una ventaja para esparcirla porque no se notan los brochazos).
Otra cosa que debes tener en cuenta es que los colores pierden intensidad a medida que vas añadiendo capas, especialmente el verde, que se oscureció, y el rosa, que se transformó en un cereza oscuro.
Salvando estos dos detalles, el resultado es espectacular. No parecen las mismas sillas que saqué del #pueblitobueno y si no fuese por los desconchones y que las patas ya no están equilibradas, podrían pasar por nuevas.
Mi experiencia en general con esta pintura ha sido buena. También creo que habría sido mejor probarla sin imprimación previa y en una superficie plana, porque además de resultar más sencillo no habría necesitado dar tantas manos y los colores habrían quedado claros, auténticamente flúor.