Todo aquel que haya tenido o tiene niñ@s en edad escolar sabe que septiembre no empieza hasta que te metes una buena jartá de forrar libros de texto con forro de plástico.
En la escuela del #pueblitobueno el primer día después de vacaciones nos lo pasábamos cada uno forrando sus libros. Te equipabas con par de rollos de plástico, unas tijeras y celo a discreción y cuando acababas con los tuyos le echabas una mano a los compañeros que quedaban rezagados. Así hasta que estaban todos listos, desde los de primero hasta los de quinto (de EGB).
Preparando las cosas de la niña me he acordado de todo eso y también de la señorita María del Rosario y de su santa paciencia, sus inagotables ganas de hacer las mismas cosas de una forma diferente y de la apuesta tan fuerte que hizo por cad@ un@ de nosotr@s para librarnos del destino de borric@s que nos esperaba.
Así que hoy, y dedicado a mi señorita, voy a enseñarte a forrar libros, de texto o de la clase que sean, a la vieja usanza, con un rollo de forro de plástico, celo y tijeras:
MATERIALES QUE NECESITARÁS:
– Rollo/s de forro de plástico (no adhesivo): Los hay en todas partes, en papelerías, grandes superficies e incluso en los chinos. A mí me gusta un tipo que es finito al tacto porque es más sencillo trabajar con él, dobla muy bien y además no resbala porque se queda pegado a las cubiertas del libro de tanta electricidad estática que tiene.
– Tijeras y celo.
Yo recomiendo esta medida porque ese sobrante luego se doblará hacia dentro, y a mí me gusta que no quede ni muy ancho ni muy estrecho, pero eso al gusto de cada un@:
# Paso 2: Dobla hacia adentro el forro que sobresale de los dos bordes más largos y pégalo con un trozo de celo (aproximadamente hacia la mitad):
# Paso 3 (Opción uno): Con el libro cerrado, corta el forro partiendo de un extremo del lomo, trazando un ángulo de unos 45º (imagina una línea de puntos como la que aparece en la imagen). Esto se hace para adaptarlo a la forma de las cubiertas y que no sobresalga con el libro cerrado.
# Paso 3 (Opción dos): Con el libro abierto, corta el forro siguiendo una línea imaginaria como la que aparece en la imagen:
Observa que las líneas no se unen en el centro, sino que hay una tercera, paralela al borde del lomo. Ese es el trozo de forro que hay que cortar del que te hablaba en la Opción uno:
# Paso 4: Después de hacer los cortes, tendrás cuatro lengüetas en las tapas (dos en los bordes superiores y otras dos en los inferiores).
Para darle una forma bonita y que no sobresalga con el libro cerrado, toma la esquina de la parte sin cortar y llévala hacia arriba, hasta tocar con el borde de la tapa:
A continuación, manteniendo esta esquina doblada, lleva hacia arriba la lengüeta y sujétala en ambos extremos con sendos trozos de celo:
Una vez hecho esto con las cuatro lengüetas, ya tienes tu libro listo para usarlo sin miedo de que se raye o que se manche.
A mí me gusta más cómo quedan con este forro que con los que vienen prefabricados, porque se pega a la cubierta y no se mueve cuando lo coges:
Forrar los libros con un rollo de plástico es más laborioso que con los que vienen prefabricados, pero al segundo que haces ya le tienes el tranquillo cogido y acabas en un periquete.
Ayer acabe con los de mi peque… utilizo la misma técnica que tu…jjj… saludines
Yo también utilizo siempre esta porque los prefabricados me mata que no queden pegados a las tapas. Manía mía, pero me da la sensación de que con ellos los libros se te resbalan más fácilmente de las manos.
Un beso,
Sonia
hola, me encanta tu blog. Yo, cuando forro libros con ese papel no le quito el plástico de la parte central (cuando cortas los 2 triángulos del lomo), sino que se lo doblo hacia adentro y queda más fuerte. Geniales las fotos!!
¡¡Muchas gracias por el consejo!! Lo pondré en práctica porque así esa parte del lomo, que es la que más sufre con el uso, queda protegida.
Un beso,
Sonia